Se puede ententer que al estar en pleno centro del barrio humedo sea un hotel ruidoso. La contraventana tenĂa el pestillo roto y dejaba entrar la luz. Lo peor era el insoportable olor a cañerias de la habitaciĂłn. Lo comunicamos en recepciĂłn al llegar, no nos dieron ninguna soluciĂłn. Dejamos la ventana abierta con la esperanza que por la noche el olor hubiese desaparecido, pero no fuĂ© asĂ. Nuevamente nos quejamos, subiĂł la chica de recepciĂłn y abriĂł el agua de la ducha, ninguna soluciĂłn. Por la mañana volvimos a quejarnos en recepciĂłn y el arreglo fue decirnos que nos invitarĂa a desayunar si no fuese porque porque se habĂa ido la luz, no se solucionarĂa el problema hasta la 13:00 y claro, no funcionaba la cafetera. No nos quedĂł otra que poner una hoja de reclamaciones.